Todos los años se producen en los colegios de todo el mundo numerosos incidentes de acoso entre los alumnos. Las víctimas son chicos o chicas, a los que sus compañeros ven algo diferente, ya sea en su comportamiento, carácter, rasgos físicos, forma de vestir, circunstancias familiares, etc. Algunos de estos casos llegan a ser graves, incluso con víctimas mortales.
Recientemente, nos hemos enterado de que en un colegio de Carolina del Norte (EE.UU.), un niño de 9 años sufrió ataques físicos y verbales por llevar una mochila de la serie televisiva "Mi pequeño Poni", y otro chico de 11 años intentó ahorcarse por motivos similares. Y tocándonos más de cerca, hace poco se quitó la vida otro chico de 11 años que estudiaba en un colegio madrileño, demostrándose que había sufrido acoso escolar.
¿Quiénes son los acosadores? ¿Quiénes, los responsables de esta tragedia? De una forma directa, está claro que son los niños que ejecutan estas crueles acciones. Pero los compañeros de clase o del mismo colegio son testigos muchas veces de estos abusos; incluso sus familiares y vecinos acaban enterándose. Sin embargo miran para otro lado: piensan que es lo correcto, porque claro, miles de personas no pueden equivocarse.
Pero cuando sucede algo grave o cercano, nos damos cuenta de que todos lo hemos consentido, de que algo pudo hacerse, de que también somos responsables y tenemos las manos manchadas. ¿No será acaso una enfermedad social...?
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